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Acompañamiento Emocional en la Infancia durante el Confinamiento

Nos encontramos inmersos en una etapa inesperada de confinamiento; nuestra vida ha cambiado de un día para otro, lo cual ha supuesto un reto para todos nosotros, pero más aún para nuestros hijos que no disponen de los mismos recursos que un adulto para afrontar esta situación.

Como padres debemos asegurarnos de responder a sus necesidades siendo capaces de empatizar con ellos y así lograr establecer y reforzar un vínculo emocional fuerte.

Por ello os sugerimos una serie de pautas que nos pueden ser útiles, y además os enviaremos algunas actividades voluntarias para realizar en familia y no descuidar el desarrollo emocional de nuestros hijos.

¿Cómo lo hacemos?  

  • En primer lugar, debemos ser un buen modelo para nuestros hijos, recuerda que nada es tan contagioso como el ejemplo. Cuidarnos física y mentalmente transmitirá un clima de calma y tranquilidad familiar. Para ello ten un tiempo para ti, cuida tus relaciones sociales, intenta buscar momentos de descanso y ocio…

 

  • En segundo lugar, no debemos olvidarnos de ser capaces de responder a sus preguntas, de explicarles la situación siempre adaptándonos a cada caso en particular; no es lo mismo la información que le damos a un niño de tres años que a uno de trece.

 

  • Y por último estar atentos a sus necesidades emocionales, para ello es necesario:

 

  • Que se sientan comprendidos, en una situación de este calibre pasaremos por distintos momentos, y en muchos de ellos no podremos controlar que las emociones estén a flor de piel, es necesario hacerles ver que entendemos su enfado o su miedo que incluso puede que compartamos.

 

  • Debemos agradecer el esfuerzo que hacen en el día a día, nuestros hijos han tenido que adaptarse sin previo aviso a dejar de jugar en el parque, en el patio, a poder contar sus secretos a sus iguales, no ver a su equipo deportivo y por supuesto a afrontar el reto de formarse a distancia. 

 

  • Siempre han de sentirse seguros y protegidos:

 

  • Seguridad emocional: para ello dedicarles tiempo y atención es fundamental, me importas, te cuido, estás a salvo.
  • Seguridad estructural: las rutinas también otorgan esta sensación de control, no hablamos sólo de rutinas académicas (hacer los deberes), sino también tareas de casa (vestirme, ayudar a poner la mesa..), intelectuales (leer, hacer puzles, experimentos…) , juegos en familia (parchís, dominó) y el tiempo de pantallas, para el cual también puede haber un tiempo diario sin ocupar el día con ellas. Y por supuesto no olvidarnos que el aburrimiento no es tiempo perdido sino positivo puesto que fomentará su creatividad e imaginación. “La cura para el aburrimiento es la curiosidad pero la curiosidad no tiene cura….”
  • Rebaja las expectativas, actuando con amabilidad y firmeza: Nada sale a la primera ni nada es tan fácil como parece, debemos explicar las cosas sin perder la calma “Debes hacer las tareas todos los días, mientras tú las hagas yo también trabajaré, más tarde tendremos tiempo para jugar a lo que tú elijas”

 

  • Di no a la sobreinformación, nadie puede negar que ahora más que nunca nos interesa saber cómo avanzan las cosas, tanto por salud como por trabajo, pero a veces estamos continuamente expuestos a noticias que no pasan desapercibidas a nuestros hijos que son muy buenos observadores pero no siempre interpretan de la manera correcta.

 

  • Enfaticemos lo positivo, de todo esto sacaremos cosas buenas, pasamos de estar corriendo a todas horas a poder disfrutar de nuestros hijos y de las pequeñas cosas, apreciarlo y transmitírselo a ellos es de gran valor.

 

  • Respeto mutuo, a mayor tiempo de convivencia, mayores conflictos, que debemos hablar y resolver incluso reuniendo a la familia una vez a la semana para dialogar pero sobre todo para empatizar.

 

  • Busca la conexión emocional,… todos necesitamos sentir pertenencia, reconocimiento y conexión. Cuando los niños se sienten escuchados y tenidos en cuenta, se sienten mejor. Además, la conexión con el adulto les proporciona la calma que necesitan cuando se ven desbordados por sus emociones.